En un
lugar de Trujillo (Venezuela) nació….….
Así empezaría la Historia de Laura Villa Morales (16/05/1986), quien se
traslada a la pronta edad de un año y medio a Sevilla, lugar natal de su padre.
Allí realiza sus estudios en música, tocando la trompa o corno francés, y canto
lírico.
Su vocación artística le llevó a
estudiar Bellas Artes y Publicidad, estudios que continuará en un fututo
próximo. No es nada extraño que viviendo en una ciudad tan llena de belleza y cultura,
se entusiasmara con el Arte, y sobre todo con el retrato en cualquiera de sus
modalidades, materiales o soportes, que generalmente realiza en papel DIN A3.
Conseguir captar en una obra el
rostro, las manos, o esos pequeños
detalles del representado es algo casi milagroso, la sensibilidad de la creadora
y su saber hacer debe ser mayor para captar ese “pathos”, me refiero a la emoción que se logra
en una obra de arte y que consigue transmitir a quien la contempla.
Laura lo consigue, es capaz de
representar a personajes famosos y anónimos, pero quizás estos últimos son para
mí los más gloriosos, porque en ellos, la artista no está condicionada; se les
puede captar su esencia, captar a la persona. El detallismo es mayor, y tal vez
son esos retratos por encargo en los que quizás, ella puede apreciar ese halo
de vida que los retratistas siempre buscan.
Llama la atención un retrato
femenino, con un pelo esplendido pintado a lápiz, con la única ayuda de una
goma de borrar y su dedo. La chica representada aparece tocada por plumas perfectamente
dibujadas, totalmente ligeras, movidas por la brisa o simplemente por el
movimiento natural al levantar su mano. Se
toca dulcemente la pata de las gafas y con ellos Villa nos muestra por un lado las
calidades táctiles de los objetos. Viene dado por el enorme detallismo en los
objetos que representa, como pulseras y anillos totalmente labrados, y unas lentes
cuyo cristal está tan limpio que podemos ver lo que hay delante de la representada.
Otra parte muy difícil para ser
representada por un autor o autora son las manos. En la historia del arte, de una forma u otra,
los artistas las dejaban inacabadas, pero Laura consigue darle las carnaciones.
Gracias a eso podemos observar como es su piel, sus músculos y dedos, todo bajo
un magnífico rostro jovial.
El retrato de varón a cuerpo entero,
fue encargado por su novia. El cruce de piernas deja ver la zona sexual, que
queda remarcado por el uso de la música que conduce al romanticismo. Además, va
unido a la carta que le hace escribir a la autora a un lado, sacrificando así
parte de la guitarra. Aquí no menoscaba los detalles, tanto de los tejidos como
de la cabellera como el vello de sus brazos y piernas, son prácticamente
palpables, al igual que los más gruesos de su barba.
A Jeremy Iron, un excelente y bello
actor, le dibuja un rictus serio, fumando un cigarrillo, pero la estrella del
retrato es el monóculo que le abre el ojo, nos permite comprobar sus venitas,
deducir incluso el color rojo producido por el humo del tabaco. Un cristal
translucido, brillante, en un fondo neutro donde lo único que vemos de su
anatomía, es su hermoso rostro con luces y sombras; un hombre que incluso nos
mira con cierta tristeza.
Sigo pensando que Laura capta el
alma de sus retratados, y capta la diferencia entre los hombres y las mujeres,
actores o actrices. Representa a los varones desde un lado más oscuro que
quizás ella percibe claramente, en cambio, ellas son seres de luz, realizados
con muy pocas líneas, felices y risueños de corazón. Hace hincapié en tejidos y
cabellos, por ejemplo, la actriz parece
algo triste, aunque con su enorme belleza; pelo peinado con ondas que remarca
su rostro, y cuya mano se convierte en una excusa para destacarle su hermosura,
sin embargo no con ello descuida la calidad de la misma.
Permítanme
citar a Auguste Rodin (1840,1917) que dice “El arte es el placer de un espíritu
que penetra en la naturaleza y descubre que también ésta tiene alma”.
Esto podemos observarlos en los
bellísimos retratos de Laura Villa.
FUENTES:
Artengrafito:
https://www.facebook.com/ARTENGRAFITO?fref=ts
Fuente oral:
VILLA MORALES, Laura