En el museo Casa de Colón, el pasado
13 de abril hasta el 1 de junio de 2015, se inauguró con un enorme éxito de
visitas, una exposición con tres obras del artista. El óleo “San Agustín entre
Cristo y la Virgen”, y los dibujos “Juicio Final” y “Tarquino”. Todos pertenecientes
a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Una exposición dividida en
tres espacios dentro de la galería, cada uno en referencia a cada obra.
Decir que Rubens fue un artista flamenco
del siglo XVI, de los pocos que tuvo éxito en vida. Uno de sus mecenas fue el
Duque de Mantua, Vincenzo Gonzaga, obteniendo el cargo de pintor de corte. Posteriormente
en Holanda lo será el Archiduque de Austria, Felipe IV, recibiendo encargos de
la aristocracia y de la iglesia, tanto de Flandes como del resto de Europa.
Para hacer frente a tantos encargos contrató aprendices para su taller, uno de
ellos sería Van Dyck.
En Canarias podría haber una obra de
Pieter Paul, ya que entre los legajos del 20 de marzo de 1670, en los que se
relata la Dote de Doña Ángela María de Balboa, que viajaba para contraer
matrimonio en la isla de Lanzarote, se mencionan varias obras del artista de
Amberes.
En
referencia a la obra “Tarquino”, nos muestra un episodio que ocurrió en Roma,
donde Tarquino que era un depravado, se obsesiona con Lucrecia, la esposa de su
primo, y decide violentarla. A la mañana siguiente, la joven se lo cuenta a su
familia y se suicida. Con este episodio cae la monarquía en Roma y empieza la República.
Rubens destaca la musculatura en
tensión, un escorzo marcado, jugando con luces y sombras que definen también el
Barroco. En el dibujo el rostro está más dulcificado y al mover el brazo hacia
atrás dará la sensación de abalanzarse sobre Lucrecia.
“Juicio Final”: El dibujo mostrado
en la Casa de Colón es el llamado Pequeño Juicio Final, de 1615. Rubens realiza
un estudio previo para crear la obra, se basa en el Evangelio según San Mateo, capítulo 25.
Representa a los condenados al castigo humano y arriba los
Bienaventurados, todos interrelacionados, intentando eludir su destino. Coloca
a la Virgen a la derecha de Cristo para atajar la Contrarreforma con rostros
con muchos sentimientos.
“San Agustín entre Cristo y la
Virgen”: El santo aparece entre Cristo, que mira a su madre con un marcado escorzo,
pero estos son una visión de San Agustín, indicando que ellos son el Principio
y el Fin. Rubens nos muestra al beato con el hábito de monje, pero era obispo
de Hipona, de ahí los atributos que añade: la mitra, el báculo, y los libros,
sus “Soliloquios”. Aparece arrodillado
sobre estos últimos, con los brazos sobre el tronco y con la mirada perdida, en
éxtasis. Los libros eran su fe; la base en la que apoyarse; parece que el
segundo libro se cae, haciendo referencia a que la racionalidad no es algo tan
profundo como la meditación para la unión con Dios.
Ha sido un momento especial para
encontrarnos con unas obras maestras de la Historia del arte, y con un artista
tan relevante en Las Palmas de Gran Canaria.
BIBLIOGRAFÍA:
- DIAZ PADRÓN,
Matías: “seis pinturas de Juan de Miranda sobre la "infancia de
Cristo", en Anuario de Estudios Atlánticos. Casa de Colón, Las Palmas de
Gran Canaria.1966:
http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/163/163
- Youtube: El dibujo de “Pequeño Juicio Final” Muestra Rubens de la Academia Casa Colón: https://www.youtube.com/watch?v=j1vEdB7gGq4
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